Un catalizador deportivo ofrece un flujo de gas mucho más alto que uno común de cerámica, debido a la densidad de celda mucho más baja, 100 o 200 células por pulgada cuadrada en comparación con el 400-800 de la unidad de stock. Al mismo tiempo, conserva algo de contrapresión en comparación con la opción sin cat. Cuando se desea incrementar la potencia del motor, instalar un catalizador deportivo es una buena idea, puesto que se mejora con ello el flujo de gases en el tiempo de escape, disminuyendo así la contrapresión de descarga.